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¿Por dónde empezar?

Septiembre 01, 2023

Luego de desvariar un poco sobre películas, he decidido aterrizar sobre cosas prácticas, como ¿por dónde empezar cuando uno quiere emprender? ¿Qué consejos tengo para compartir con las nuevas generaciones luego de quince años de operar?

Primero que todo, no daré consejos de cómo volverse millonario en base a un par de ejemplos anecdóticos, improbables y contados a medias. La inmensa mayoría de los emprendedores no andan en carros de lujo. Son gente como tu y yo. Ven una necesidad en su comunidad, encuentran la oportunidad y los medios para satisfacerla, y trabajan duro, todos los días. Son gente trabajadora y disciplinada, quienes han escogido no ser empleados de nadie más.

Tampoco les venderé la idea que ser nuestros propios jefes es lo máximo, qué vamos a trabajar cuando nos de la gana y que el resto del tiempo lo vamos a compartir con nuestros seres queridos. Eso lo he visto en montones de videos de YouTube y eventos empresariales. No es cierto. Se trabaja más duro, porque el día que no se trabaja, no se produce, pero siempre se generan gastos. No se tienen vacaciones y luego de un tiempo el estrés empieza a convertirnos el corazón en pasitas o dátiles desprovistos de alegría.

Lo que sí tenemos todos los emprendedores son al menos dos cosas: una visión de lo que queremos hacer y la ambición que nos impulsa a hacerlo. La disciplina, el orden, el trabajo duro, las estrategias, la innovación.... todo se puede adquirir en el camino. Créanme. Si existe una buena escuela, es tener que llevar un negocio. Y digo "llevar", porque es más que administración. Uno se vuelve un todólogo. Aquí en este laboratorio he sido y sigo siendo el aseador, el mensajero, el pintor, a veces el cocinero, el almacenista, el publicista... No soy experto en ninguno de estos aspectos, porque mi dominio es la anatomía patológica, pero he tenido que asumirlos para lograr una auto-suficiencia.

El concepto de la auto-suficiencia nos lleva a otros dos temas que ya hemos abordado en el blog del laboratorio: la eficiencia y los laboratorios de papel. Ser un todólogo soluciona a medias muchas cosas y permite aferrarse al margen de ganancia, pero no nos hace eficientes porque estamos distraídos en muchos pequeños aspectos ajenos a nuestro dominio. Es increíble, porque uno concentra mucho conocimiento. Se sabe qué, dónde, cuándo, cómo y por qué de cada elemento del negocio.

Al principio no queda alternativa, porue antes de contratar a otra persona, debe comprenderse todo aunque sea a medias. A medida que uno crece, se puede contratar a un contador para llevar los números, a una asistente para liberarse uno de tareas repetitivas y aburridas, a un aseador para mantener los espacios limpios y darles mantenimiento, et cetera. Quizás un punto claro e el mapa es cuando se han completado tres años de operaciones o se haya logrado triplicar la carga laboral. La razón es clara. Contratar a otras personas obliga a reducir el margen de ganancia, un lujo impensable al inicio.

Pasados los primeros tres meses de haber iniciado operaciones, la meta debe ser llegar al año y a los tres años. Un negocio que haya llegado a los tres años no debe fracasar, porque no ha sido por azar haber sobrevivido tanto tiempo, salvo que haya ocurrido alguna tragedia devastadora qué no le permita continuar.

En caso tal que uno quiera empezar, y no se cuente con los medios para lograr ser auto-suficiente, existe la posibilidad de externalizar algunos aspectos del negocio. El caso extremo en que se externalicen todos es algo que bauticé como "laboratorios de papel", en honor a las calles y pueblos de papel, un término de cartógrafos, en el que se hacen mapas con elementos que no existen físicamente. Esto puede deberse a factores tan diversos como saber cuando le han copiado el mapa o cuando hay proyectos urbanos qué no terminan de materializarse.

Un negocio de papel, por analogía, es uno que existe en papel, pero que no cuenta con ningún medio para lograr proporcionar el servicio o crear el bien material por si solo. Sería un caso extremo que tiene por riesgo quedar a la merced de quienes subcontratan hacer el trabajo en el vida real, porque lo pueden extorsionar a uno cambiando los términos o convirtiéndose ellos es competidores.

La externalización no es mala, sino que tiene riesgos, al igual que los tiene ser auto-suficiente.

Si usted piensa en crear un negocio, planifique bien la cartera de servicios. ¿Qué es lo que va a ofrecer? De todo lo que tienen en mente, ¿qué pueden hacer ahora y qué pueden hacer luego? ¿Qué pueden ofrecer ustedes mismos y qué tendrán que externalizar? ¿En qué es importante ser rwalmente eficiente y cuánto pueden hacer a medias para lograr auto-suficiencia? Todas son preguntas que deben tomar en cuenta para poder emprender independientemente de si tienen los medios para hacerlo o no, lo que nos lleva al último aspecto de la entrada de hoy.

Emprender es una opción cara y riesgosa. En una parábola budista, "El Mercader del Ratón Muerto", el héroe logra amasar una fortuna a partir de un ratón muerto que encuentra en la calle. El trabajo duro y la suerte jugaron en su éxito. Hoy en día no es tan sencillo como pararse en medio de la calle con un ratón muerto. Hay que tener una inversión. Se puede iniciar con ahorros propios, pedir prestado, buscar un inversionista... pero hay que tener dinero para empezar. Ese capital debe durar lo más que se pueda y debe ser invertido de la forma más sabía en aspectos prácticos de su negocio, no caprichos.

Recuerde que emprender es como ir solo en un barco. El barco debe lograr llegar a la costa y todo lo que sea peso muerto, lo hundirá. La comida y el agua deben alcanzarle hasta entonces. Usted depende de usted y alguien puede rescatarlo en una o dos ocasiones, no todo el tiempo.

Espero les haya gustado esta entrada y que se animen a compartir sus propias experiencias. Saludos desde MD of Chiriqui y hasta la próxima ocasión.