Mucho se habla hoy en día de las bondades de los negocios digitales y algunos especulan con la "uberización" de los servicios sanitarios, conflicto que exploraremos desde nuestra perspectiva en esta entrada del dí de hoy. Uber es una plataforma que conecta conductores particulares con clientes que desean un servicio alterno al transporte público, colectivo o selectivo.
Uber, como concepto, es una persona, producto o servicio que excede las expectativas en su clase. "Súper" si se desea una palabra mas tradicional. Las ventajas de la plataforma son claras para el cliente, porque no son ellos quienes compiten por los proveedores, como es el modelo tradicional de transporte selectivo,los taxis, sino que invierte el esquema, haciendo que los proveedores sean quienes compiten por los clientes, dado que su ganancia depende de la cantidad de carreras que hagan.
A su vez, el servicio está organizado por una plataforma digital que conecta a las partes mediante el uso de teléfonos inteligentes, llevando un registro de las partes lo que permite dar seguimiento a conflictos entre partes en base a una calificación que los actores han recibido durante su participar en la plataforma, asegurando que las partes no puedan incurrir en fraude.
En este modelo, los clientes son los más beneficiados, porque derriba muchas de las barreras para el consumo, dado que no se depende de estar en el lugar o momento propicios para encontrar quien lo conduzca, y que no se debe contar con un directorio propio de proveedores. El pago es digital, permitiendo el uso de tarjetas de crédito y débito, y cada una de las partes conoce la identidad de la otra parte La plataforma se lleva un porcentaje de lo.cobrado por el servicio, y puede depurar entre actores para mejorar la experiencia de todos. Suena bien, ¿verdad? Los problemas surgen al explorar el propio modelo, porque fuera de una plataforma digital, la empresa realmente no incurre en inversión, gastos de operación o riesgos. Todos quedan externalizados desde un principio y son los proveedores quienes incurren en éstos.
Muchos detractores y proveedores acusan a la plataforma de incurrir ellos.mismos.en fraude, porque el modelo está diseñado para favorecer tanto a los clientes que son los proveedores quienes pierden. No hay compensación por variaciones en el precio del combustible o por la depreciación del vehículo, o aporte al seguro vehicular. Es decir, que los proveedores corren con todas las pérdidas mientras se mantiene a los clientes satiafechos.
Otro problema es que la plataforma, al realizar esta forma extrema de externalización de servicios, depende de los proveedores. El ejemplo.en cuestión es la propia provincia de Chiriquí, donde Uber no tiene presencia alguna. Ningún proveedor ha participado en el modelo de negocios.
Ahora veamos esta situación extrapolada a atención sanitaria. Una plataforma digital podría compensar la escasez de profesionales en determinadas regiones, porque podría digitalizar la propia cita médica y pago, conectando especialistas con los pacientes que más los necesiten. Suena bien, ¿verdad? Lo cierto es que el modelo de atención médica tiene un siglo de existir tal y como lo conocemos, y muchos médicos tuvieron que emplear diversas plataformas como Whassap y Zoom para brindar atención durante estas cuarentenas sanitarias por SARS-CoV-2, ellos desde sus casas y directamente hasta las casas de sus pacientes.
El razonamiento sería que los proveedores sanitarios podrían incrementar su ganancia al no tener que movilizarse hasta un consultorio y que podrían trabajar en cualquier horario. Los pacientes podrían buscar la tarifa más atractivay escoger entre un grupo de proveedores, quienes a su vez tendrían que mantener un nivel determinado de atención por temor a ser castigados con malas calificaciones.
La limitante más obvia sería la evaluación física de los pacientes, porque aunque suena todo bien para seguimientos o en atención psicológica, no aplica para ortopedia, neurología o rehabilitación física, por ejemplo, donde se requiere evaluar fuerza muscular, rangos de movimiento y reflejos. También está el tema de la responsabilidad legal en caso de negligencia, porque cada país tiene sus reglas y un proveedor puede actuar ajustado a las reglas en su país y éstas no ser el estándar de atención en el país del paciente.
Tampoco hay una calidad de atención asegurada,porque la plataforma no puede saber quién es mejor o peor sin conocer los detalles del expediente médico para dar seguimiento a los casos. Lo más que se podría ajustar son los precios, y los usuarios ciertamente asocian las expectativas con los precios, de modo que se conformarían con la atención recibida con quien cobre menos, que no necesariamente es el peor profesional.
Nuestra posición es que, aunque estas plataformas deben ser parte de la caja de herramientas de todo profesional, no puede ser la única via para ganarse la vida. Debe estar controlada por el profesional sanitario en cuestión y ser complementaria a la atención tradicional, para temas como seguimientos o consultas menores. No abogamos a favor de la "uberización" de los servicios de salud en general y mucho menos trasgrediendo fronteras.
